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Seis día después de la autopsia, el Juez Zinny de Neuquén argumentó que ‘’no había lugar a proceso contra el comisario inspector Staub y demás policías’’. El juez estimó que no era una ‘’evasión’’, sino una sedición preparada y ejecutada por los presos.

A través de este planteamiento militar, el letrado decidió no tener en cuenta las autopsias porque no era una medida de eficacia ni de mayor importancia en las rebeliones y sublevaciones en que se producen estas muertes. Para Zinny, no cabían duda de que los muertos habían caído en una ‘’confrontación’’.


En 1918, cuando ya Cháneton había sido asesinado, el Juez Federal Marenco, de Bahía Blanca, sobreseyó la causa, a la que se le habían agregado los informes médicos de las pericias.

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